José Luis Bueno Cardeñosa

¿Para qué una orquesta joven?

Desde el momento en que te subes a la tarima de una orquesta, la responsabilidad de hacer funcionar el grupo humano que está sentado frente a ti, es de un gran peso. Esta responsabilidad se acentúa cuando los que están en los atriles son jóvenes músicos.

Desde el momento en que te subes a la tarima de una orquesta, la responsabilidad de hacer funcionar el grupo humano que está sentado frente a ti, es de un gran peso; solo la preparación, el respeto a la música, la pasión por lo que haces y el compromiso y complicidad de los músicos, puede hacer que todo funcione correctamente. Esta responsabilidad se acentúa cuando los que están en los atriles son jóvenes músicos, con sus ilusiones, su energía y sus posibles carencias como músicos de orquesta que deben solucionar con un proyecto bien organizado y con una evolución lógica que permita unificar niveles, generar aprendizaje e ilusión, hacer una propuesta musical interesante y, finalmente, hacer vivir a los jóvenes músicos la experiencia de formar parte de una gran agrupación, ampliando sus experiencias.

Existen distintos niveles de orquesta joven pero lo que es común en todas es que la programación adecuada al nivel medio de sus componentes debe ser acertada y por tanto muy meditado por el responsable director. Escudarse en un nivel técnico-musical bajo, es justificar una falta de planificación y meditación sobre lo que hacer con ese grupo y es algo que continuamente se escucha en boca de quien ha llegado a la tarima de una orquesta sin plantearse profundamente qué es lo que se puede y debe hacer con determinado grupo.

El para qué de la existencia de las orquestas jóvenes es muy evidente cuando pertenecen a instituciones educativas pero estas agrupaciones deben ser más ambiciosas y conseguir ser el primer paso de una formación correcta de sus componentes, debe ser el primer paso que genere ilusión por dedicarse a la música, debe ser el primer paso que haga que los jóvenes músicos respeten una serie de aspectos básicos de la formación orquestal y generar unos aprendizajes que puedan ser asimilados para siempre.

La importancia de la existencia de orquestas jóvenes está justificada tanto por la necesidad de generar aprendizajes como por la necesidad de generar ilusión por la práctica orquestal. Respeto e inversión en estas agrupaciones son dos aspectos fundamentales si lo que queremos es generar músicos con garantías para el futuro.

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